El pediatra, además de pesar y medir el diámetro de su cabecilla y la longitud de su cuerpo, realiza un exhaustivo examen físico para comprobar que no hay ninguna malformación y descartar problemas posteriores.
- Mirará su boquita para verificar que no tiene labio leporino o paladar hendido, y sus orejas, ya que si están «blanditas» puede ser síntoma de inmadurez.
- Por supuesto, palpará los huesos de la cabeza y las fontanelas.
- Hará una exploración de la región genital y anal.
- Se fijará en que el cordón umbilical cuenta con dos arterias y una vena central, ya que si sólo cuenta con una arteria es un síntoma de malformaciones renales. Ahora ya sí que le colocan una pinza de plástico.
- El pediatra también palpará el pulso de las arterias que pasan por los muslos, para descartar una alteración cardiaca.
- Si al examinar sus piernecitas nota el llamado chasquido de caderas, recomendará que se realice una ecografía más adelante
- También se le realiza una aspiración nasogástrica I para descartar anomalías del esófago.