Las ecografías en 3D y 4D son las últimas novedades, aunque aún son pocos los centros que cuentan con esta tecnología, pese a que ofrecen una mejor imagen del feto. Como en la ecografía tradicional, también son ultrasonidos, pero los cortes se organizan con efectos de color, por lo que da la sensación de volumen.
Con la ecografía en 4D, además, el aparato recoge las imágenes a tiempo real y con movimiento (a 80 imágenes por segundo), lo que permite ver al bebé como en una película a cámara lenta.
Este tipo de ecografías (3D y 4D) detectan, sobre todo, malformaciones externas, como el labio leporino. Además, con la ecografía en 4D se observan aspectos interesantes del comportamiento fetal a lo largo de las diferentes etapas del embarazo.
Gracias a esta tecnología sabemos que el bebé realiza algunos movimientos como el bostezo.