Las manipulaciones pueden ser muy variadas y aplicarse para numerosos fines. Los masajes más comunes son los relajantes y los estimulantes.
Relajantes o sedantes: Los movimientos deben aplicarse siempre desde el centro del cuerpo del bebé hacia el exterior: del corazón hacia fuera, desde la cadera hacia el tobillo, del hombro a la muñeca… Los movimientos pueden ser:
- Arrastre: nuestra mano plana se desliza sobre la piel del bebé como queriendo arrastrar algo.
- Vaciado hindú: abrazamos con la mano desde la cadera hacia el tobillo del bebé o desde el hombro a la muñeca.
- Rodamiento: con las manos estiradas, a ambos lados de su extremidad, hacemos movimientos hacia delante y hacia atrás, deslizándolas de la cadera al tobillo o del hombro a la muñeca.
- Vibración: pequeños movimientos con la mano plana sobre la parte del cuerpo del bebé que queremos relajar.
- Tamborileo: repiqueteo suave con las yemas de los dedos sobre el cuerpo del bebé.
- Peinado: con los dedos separados, deslizamos las yemas suavemente sobre su piel.
Estimulantes o energizantes: Los movimientos se aplican desde fuera del cuerpo hacia dentro: en dirección al corazón, del tobillo hacia la cadera, desde la muñeca hacia el hombro.
- Arrastre: nuestra mano plana se desliza sobre la piel del bebé como queriendo arrastrar algo.
- Amasamiento: con las yemas de los dedos hacemos movimientos circulares sobre los músculos o la piel del bebé.
- Vaciado sueco: arrastre hacia el corazón que se realiza en brazos y piernas y va desde el tobillo hacia la cadera o de la muñeca hacia el hombro.
Recordemos que el breve tiempo del masaje es para él y que no debemos mostrar ninguna prisa.