Evolución atípica del aprendizaje del habla. Aparece generalmente en niños entre 3 y 5 años. Suelen comenzar repitiendo consonantes y, posteriormente, palabras y frases.
El problema más importante lo crea la ansiedad que surge en el niño cuando es consciente de su falta de fluidez, ya que motiva contracciones compulsivas y repetitivas de varios grupos musculares que tratan de liberar la tensión creciente.
El tartamudeo es frecuente en esas edades -alrededor del 5% de los niños, pero en la mayoría de los casos se resuelve de forma espontánea. I.a evolución es peor en los varones y cuando hay antecedentes de tartamudeo en otros miembros adultos de la familia.
En las fases iniciales se debe restar importancia al problema para evitar que la ansiedad del niño aumente. Conviene reforzar su autoestima, subrayando otras cualidades. Si el problema no mejora, están indicados los ejercicios de control de la respiración y el empleo de un metrónomo para marcar el ritmo del habla. El experto en estos problemas es el logopeda.