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Stop a la obesidad: controla los hábitos de tu hijo

Limita la TV, la playstation…

Limitar las horas que los niños pasan delante de la televisión y el ordenador permite reducir significativamente el índice de masa corporal de los que tienen problemas de obesidad, debido a que un menor uso de este tipo de ocio está relacionado con un consumo menor de calorías. Además, está demostrado que ver la televisión se relaciona con el consumo de comida rápida y refrescos que aparecen en los anuncios, por ejemplo, la aparición de algunos productos en los dibujos animados que pueden promover su consumo entre los escolares, de forma que acaben relacionando el hábito de ver la tele con el hecho de comer. El mejor remedio frente a esta situación es programar con ellos un mayor número de actividades al aire libre.

Vigila la sal

Además de su incidencia en enfermedades como la hipertensión, el exceso de sal está relacionado con la obesidad en el sentido de que la cantidad de este alimento que consume un niño influye directamente en el número de refrescos que toma cada día. La comida salada provoca sed y, para aplacarla, es necesario beber más líquidos y a esto hay que unir que cuando un niño tiene sed, la opción principal son los refrescos.

No erradiques ningún alimento del menú

No existen alimentos buenos o malos, sino dietas equilibradas o no equilibradas. En un marco de una dieta tienen cabida todos los alimentos, y no es correcto prohibir ninguno de ellos. En todo caso, se debe moderar la frecuencia y la cantidad. Según recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aporte energético de una alimentación equilibrada debe proceder en un 55% de los hidratos de carbono, grupo al que pertenecen los cereales, en un 30% de las grasas, y el 15% de las proteínas.

Vigila de cerca tanto lo que come como su nivel de actividad

No siempre resulta fácil para los padres detectar que sus hijos están ganando demasiado peso. Los padres son los que deben valorar la actividad física que realiza su hijo (se recomienda al menos 30 minutos de actividad física moderada al día) y, también, controlar si éste sigue o no una dieta equilibrada basándose en la pirámide nutricional. En caso de duda, y para obtener consejo de cómo actuar, lo mejor es acudir a un especialista, que es quien mejor podrá valorar la situación del niño y les aconsejará de forma personalizada las pautas a seguir.