Sentarse sin ayuda es uno de los signos clave de que tu bebé está dejando de ser una criatura desvalida para convertirse en una personita independiente: un hito del desarrollo infantil un tanto agridulce.
Los bebes pueden empezar a sentarse solos, como muy pronto, a los cinco meses. La mayoría lo hace entre los seis y los siete meses de edad. Si a los ocho aún no lo ha conseguido, puede ser indicativo de algún problema con su fuerza o tono muscular. Como el control de la cabeza, sentarse también requiere práctica. Si tu bebé está todo el día tumbado boca arriba, será difícil que aprenda a sentarse. Prueba a rodearlo de cojines o almohadones para que se habitúe a sentarse con estabilidad y desarrolle el equilibrio, aunque es mejor que evites los andadores, ya que le obligan a adoptar una postura antinatural.