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PREPARAR EL EMBARAZO

Como en cualquier otro proceso vital, la mejor manera de que todo se desarrolle bien es preparándolo adecuadamente. ¿Cómo’ Si ya habéis decidido tener un hijo, acudid cuanto antes a la consulta preconcepcional para descartar o prevenir cualquier tipo de problema.

  • HÁBITOS SALUDABLESmujer-comiendo-un-yogur_bebeguia

Desde antes de quedarte embarazada, tus hábitos de vida deben dar un giro de 180 grados, dejando apartadas ciertas costumbres nocivas tanto para ti como para tu futuro hijo: olvídate del alcohol y de cualquier tipo ce droga (tabaco incluido), no tomes medicamentos (salvo estricta prescripción médica) y haz una dieta equilibrada (sin olvidarte del ácido fálico)

  • REVISIONES PERIODICAS

Es importantísimo que no faltes a ninguna de las citas Con el ginecólogo. En ellas, además de realizarte una exploración minuciosa y prescribirte las pruebas que tu médico considere necesarias, podrás despejar cualquier duda que tengas y comentar cualquier incidencia o temor Ahora el control es esencial para el buen desarrollo del embarazo y la salud de tu hjio.

Algunas de estas sustancias pueden indicar que el bebé tiene una anomalía cromosómica o una malformación congénita.

  • Niveles de alfafetoproteina: cuando en la sangre materna son muy elevados, existe riesgo de un defecto del tubo neural, como espina b¡fida, u otras anomalías fetales. Cuando son muy bajos se asocia con cromosomopatias, como el síndrome de Down.
  • Niveles de HGG: cuando el feto padece síndrome de Down son significativamente elevados o, por el contrario, muy bajos si padece alguna trisomia.
  • Niveles de PAPP-A: si los niveles son muy bajos, se les asocia con un elevado riesgo de síndrome de Down.

Por eso, entre las semanas 8ª y 13ª te harán el llamado screening precoz, que consiste en un análisis de sangre, para comprobar los niveles de HCG y PAPP A y combinar los resultados con tu edad (el riesgo de que una mujer de 35 años en engendrar un bebé con síndrome de Down es de 1 entre 350, a los 40 de 1 entre 100 y a partir de los 43, 1 de cada 50 niños) y de una ecografía en la que se mide, entre otras cosas, el pliegue bucal del embrión (cuando la nuca mide más de 3 mm puede indicar que el bebé tiene posibilidades de tener una alteración cromosómica),

También, más tarde, entre las semanas 14ª y 17ª, te pueden hacer otro análisis, en el que se analizan la HCG y que se combina también con la edad materna para extraer un índice de riesgo.

Debes saber que estas pruebas no aseguran que el pequeño esté libre de una enfermedad cromosómica o de un defecto del tubo neural, como la espina bífida. No son pruebas diagnósticas, sólo te dicen estimaciones estadísticas

La consulta preconcepcional, asó como no saltarse ninguna revisión y llevar hábitos de vida saludables, son fundamentales a la hora de prevenir posibles malformaciones.