Después de un parto vaginal se produce la distensión y laxitud de la vagina y de los sistemas de sujeción de la uretra. Todas estas modificaciones pueden hacer que, en un momento dado, ante una carcajada o un estornudo suframos pequeñas pérdidas de orina. Generalmente, eso si, se trata de una situación temporal que se resuelve en pocas semanas.
Por tanto, los primeros ejercicios que debería hacer una mujer tras dar a luz son los que permiten fortalecer y tonificar la musculatura del suelo pélvico. De todas formas, no deben empezarse hasta 30 o 40 días después del parto. Fortalecerlos y tonificarlos evitará que suframos incontinencia urinaria. Para ello, nada mejor que practicar los llamados ejercicios de Kegel, precisamente porque fueron ideados por el Dr. Arnold Kegel. Hay varias maneras de realizarlos, pero todos se basan en contraer y relajar el músculo pubococcígeo o PC (también conocido como músculo del suelo pélvico) varias veces, con el objetivo de incrementar su fuerza y resistencia, y así prevenir o evitar la incontinencia urinaria y otros problemas relacionados.