En el embarazo nuestro cuerpo experimenta una serie de modificaciones para poder albergar al bebé Para empezar, el útero aumenta de tamaño conforme pasan las semanas, y va ocupando mas sitio en nuestro abdomen.
De esta forma, tal como explica según la presión que el útero gestante ejerce sobre la vejiga, dejará o impedirá que ésta se distienda y se llene con normalidad: Por otro lado, el suelo pélvico (grupo de músculos y ligamentos que cierran el suelo del abdomen) también va a sufrir cambios. Como éstos ayudan a mantener en posición correcta y en suspensión a la vejiga, el útero y el recto en contra de la fuerza de la gravedad y es donde se sitúan las salidas naturales de la uretra, vagina y recto, es lógico que estén implicados en este trastorno.
Y es que el suelo pélvico va a soportar durante el embarazo la presión de nuestro propio Ideo la presión que ejerce el útero cada vez mayor conforme pasa el tiempo y el bebé aumenta de tamaño. Además hay un serie de cambios hormonales, sobre todo los que tienen que ver con los gestágenos (hormona típica del embarazo), que hacen que nuestro suelo pélvico se debilite y en el momento del parto tenga una gran capacidad de distensión para facilitar la salida del bebé al exterior