En las primeras etapas de su vida, el niño juega, sobre todo, con su propio cuerpo (los pies, las manos) o con el cuerpo de su padre o su madre. Pero, a partir del segundo semestre, empieza a considerar suyos algún objetos. Ya es capaz de coger varios objetos a la vez, de pasárselos de una mano a otra, de identifican por el color, la textura, el movimiento y la sonoridad. Sabe manipularlos, diferenciarlos y reconocerlos y le gusta llevárselos a la boca para chuparlos o morderlos, y lanzarlos lejos para intentar conseguir que vuelvan. Pueden situarse varios juguetes alrededor del niño en el parque o en un rincón de una habitación el bebé se familiarizará con este espacio de juego y elegirá por su cuenta los objetos que le gustan y que va a usar más a menudo.
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