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Las contracciones del parto

contracciones regulares_bebeguia

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El final del embarazo se acerca: ¿cómo saber que hay que salir hacia la maternidad? Muchas mujeres se sienten preocupadas por esta pregunta, que sin embargo tiene respuestas muy sencillas. Los signos que revelan la proximidad del parto son unas contracciones uterinas intensas y regulares o la ruptura de la bolsa de las a combinación de estos dos elementos al mismo

¿Cómo reconocerlas?

Seguramente ya ha tenido contracciones a lo largo del embarazo. No obstante, las que permiten la dilatación del cuello del útero durante el parto presentan características particulares. Durante la gestación, las contracciones son anárquicas. A veces son dolorosas, pero no duran mucho. Durante el parto, son más regulares más intensas y más largas. Al principio la fase preparatoria del parto, se producen cada treinta minutos y aparecen muy fugaces. La madre notará una especie de ligeros tirones comparables a dolores de la regla. Luego se van acelerando progresivamente, se intensifican, aparecen a intervalos más regulares y duran mucho más tiempo. Con la mano sobre el vientre, se nota claramente cómo el útero se endurece como una bola y luego se ablanda. Estas contracciones son automáticas, espontáneas y completamente independientes de la voluntad.

¿Como reaccionar ante las contracciones regulares?

Cuando se comprueba que las contracciones sol regulares, se entra en la fase preliminar del parto. No se debe ni beber ni comer. Es preferible estar en ayunas durante el nacimiento para evitar las ganas de vomitar, que el esfuerzo necesario puede provocar, y no correr riesgos ante una posible anestesia general. Interrumpa lo que esté haciendo sin precipitarse y relájese , lea una revista, mire la televisión…

  • Relajarse. Darse una ducha caliente es muy relajante. Quizá le parezca que las contracciones se atenúan después de la ducha, lo que significaría que aún no ha comenzado realmente. En este caso, tendrá que ser paciente, aunque la espera será probablemente de corta duración. Aproveche este breve periodo de calma para relajar completamente el cuerpo antes de que las contracciones vuelvan a aparecer. Póngase cómoda, instálese en la posición que más le guste, sentada en el suelo con un cojín bajo las nalgas o a horcajadas en una silla, o camine si lo prefiere. Se puede escuchar música suave e intentar ensayar la espiración que ha aprendido durante la sesiones de preparación del parto. Hay que concentrarse simplemente en inspirar y espirar profundamente en sin bloquear la respiración, y hay que relajarse lo más posible después de cada contracción para recibir mejor la siguiente.

. No ceder a la precipitación. Para salir hacia la maternidad, es preferible esperar a que las contracciones se sucedan cada cinco minutos durante dos horas, si se trata el primer hijo, o durante una hora si ya se ha tenido otro (en este caso, el proceso suele ser más rápido).

Naturalmente, estos plazos son solo indicativos, y no hay que prolongar la espera si las contracciones se hacen más frecuentes.

También se debe tener en cuenta la distancia que media entre el domicilio y la maternidad, el tiempo necesario para recorrer dicho trayecto o, tal vez, un antecedente de parto rápido que recomienda no eternizarse en casa

La progresión descrita más arriba es, evidentemente, muy esquemática La experiencia de esta etapa preliminar al parto puede resultar bastante distinta. Por ejemplo, las contracciones pueden ser irregulares durante mucho tiempo o, al contrario, intensas y frecuentes enseguida. También puede ocurrir que el dolor de las contracciones se sienta sólo en la espalda y que, por consiguiente, no se pueda identificar inmediatamente su naturaleza De forma general, hay que intentar no salir corriendo hacia el hospital en cuanto se manifiestan los primeros síntomas, excepto si las contracciones son bastante intensas, regulares y se está íntimamente convencida de que el niño no tardará mucho tiempo en nacer.