El tacto es la vía más importante para transmitir el cariño a nuestro bebé. Necesita ser tocado y acariciado para crecer sano y feliz. Y el masaje, además de contacto, le proporciona numerosas ventajas añadidas.
Es una forma de darle la bienvenida a la vida y facilitar la comunicación padres-hijo». Esta experta, monitora de masaje para niños, afirma que «es el alimento emocional para el bebé, que le brinda seguridad, contribuye a un desarrollo equilibrado y, además, mejora su salud» los pequeños que reciben masaje con regularidad generan más endorfinas hormonas del placer y el bienestar y que eso aumenta sus defensas. «Son niños más preparados para afrontar las enfermedades, o incluso para evitar las de origen psicosomático. Además, un bebé al que se le relaja de su estrés diario, duerme y come mejor».
Para ella, el masaje contribuye a construir la autoestima del bebé, «porque le hace sentirse especial, aceptado y querido, le permite comunicar se con el mundo exterior, le contiene cuando sí siente desbordado por el estrés, beneficia su sistema nervioso, respiratorio y circulatorio, puede ayudarle a superar el cólico del lactante y lo problemas gastrointestinales, y le sirve como estimulación precoz».
Por si esto no fuera suficiente, esta experta, formada en la India, cree que el masaje es fundamental para un sólido y temprano establecimiento del vínculo entre padres e hijo, «puesto que fomenta la comunicación, la confianza, la aceptación, respeto, el amor incondicional y porque en él con fluyen elementos tan importantes como las caricias, el contacto, la mirada, la voz, el olor…»
Dicho todo esto, no estaría mal que, al igual que los padres aprenden a proporcionar los cuidados básicos a su hijo, como bañarle, cambia su pañal, alimentarle…, se instruyeran también cómo darle masajes.
La preparación
De los diversos tipos de masaje el más utilizado para los niños es el ayurvédico o masaje tradicional hindú.
- Cuando empezar hacer los masajes a tu hijo. A partir de los 28 días de vida. Los masajes que se dan antes, incluso a bebes prematuros, deben limitarse a contactos o » peinado» muy suaves. En cambio hacia el mes ya podemos empezar a hablar de masaje propiamente dicho. Los niños lo reciben encantados hasta al menos los dos años.
- El lugar. Elijamos un rincón acogedor a ser posible con buena ventilación y luminoso. Da igual si es un cuarto grande o pequeño, si se trata de su dormitorio o el salón, pero debe ser siempre el mismo
- La temperatura. Es primordial que sea cálida, puesto que el bebé permanecerá desnudo. Nosotros debemos poder estar cómodos en manga corta.
- La iluminación. Seria preferible la luz natural pero si el momento elegido es la noche o después del baño, busquemos una iluminación suave, en tonos rojizos o amarillos que no dé al bebé en los ojos
- La música. Vale lo que nos guste siempre que sea tranquila, alegre y pegadiza. Si tiene letra podemos cantársela al bebé. Es preferible elegir siempre la misma de manera que la asocie con el momento del masaje. Si el niño es muy nervioso podemos eliminar la música y limitarnos a hablarle suavemente