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La ansiedad del octavo mes

Hacia el octavo mes, el bebé se vuelve más consciente del mundo que lo rodea. Diferencia entre las personas próximas y los desconocidos y, a menudo, gira la cara al ver a personas que no conoce. El niño vive una transformación importante. Hasta entonces, podía sonreír a cualquier desconocido que le mostrara interés, sin manifestar ninguna reacción negativa ante el extraño. A partir de ahora, distingue de forma muy clara entre su madre y los demás. Cuando un desconocido intenta cogerlo en brazos, llora porque tiene miedo. Este miedo es el signo de que su madre se ha convertido en algo muy especial, al que destina todo su amor. Para el bebé, ella es única y la prefiere a cualquier otra persona. A partir de ese momento asocia cualquier rostro desconocido a la ausencia temporal de su madre mientras que, por el contrario, los rostros conocidos de su padre y de sus hermanos son todavía mas queridos porque los relaciona directamente con la imagen materna. Las dificultades y la ansiedad relacionadas con el hecho de tener que separarse de sus padres se manifiestan asimismo a la hora de dormirse.

Es el momento de los llantos; el bebe se niega aceptar la soledad de la noche y se resiste al sueño. Se despierta por la noche con mayor frecuencia. Necesita que lo tranquilicen. Los padres deberán acompañarlo con cariño y firmeza mientras se duerme. Antes de acostarlo hay que reservar un momento de tranquilidad para prestarle atención. Resulta útil darle un juguete que le resulte familiar y sirva para tranquilizarlo: un osito de peluche, un muñeco, un trozo de tela.

El osito de peluche, su objeto de seguridad

Cuando está ansioso, el bebe suele elegir un objeto siempre el mismo, al que se abraza para tranquilizarse. Este objeto recibe el nombre de transicional, puesto que le permite llevar a cabo la transición entre el estado de fusión afectiva con su madre, experimentado durante los primeros meses de vida, y la nueva relación que tiene con ella, en la que pasa a ser una persona externa y distinta de él.

Este objeto, que es muy importante para el bebé, le ayuda a superar la ansiedad y la separación. Debe ser siempre tenido en cuenta y respetado.