Después de jugar con su cuerpo (las manos los pies, etc), a partir de los 6 meses aproximadamente, el niño se interesa por los objetos. Ya es capaz de sujetarse sentado y ha adquirido suficiente habilidad para utilizar las manos como si fueran unas pinzas, de modo que puede coger los cubos (con la mano derecha tan bien como con la mano izquierda). Atraído por colores y las formas, los examina con atención, aprende a reconocerlos y a distinguirlos, lo que desarrolla su inteligencia.
De este modo, el bebé se distrae solo mucho rato. Toma los cubos, los cambia de mano, los deja, los vuelve a agarrar, los desplaza, cuando no se los lleva a la boca… Construir y destruir una torre, coger los cubos y lanzarlos de forma repetida se convierte pronto en su luego favorito y revelador: a la vez que mejora sin cesar su habilidad, el niño va adquiriendo conciencia del poder que tiene sobre las cosas.