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Imitaciones del bebé y su alrededor

bebe-imitandoLos bebés miran atentamente todo lo que hacemos para repetirlo. Gracias a la imitación nuestros hijos, aumentan su vocabulario, descubren gestos para expresan sus emociones y se aprenden las rutinas del día a día. La repetición es su forma de aprender y nosotros, sus modelos.

Los humanos no nacen sabiendo, así que tienen que aprender un montón de cosas antes de poder defenderse en el mundo. ¿Cómo lo hacen? Observando y copiando. Y nos imitan más de lo que pensamos: a comer con la cuchara, a dar besos, a abrir cajas, e incluso a qué tener miedo.

Si vamos paseando y suena un ruido fuerte como un globo que explota o un camión que descarga, ¿a quién mira el bebé antes de echarse llorar? A papá o a mamá. Y dependiendo de lo que hagan éstos, señalará con el dedo, lo ignorará o se tapará los oídos. Es decir, imitará la reacción de sus padres.
Cuantas más veces ocurra este suceso, más probabilidades hay de que el pequeño incorpore esta actitud como propia. Pasado un tiempo, ya no necesitará mirar a sus padres: la imitación le habra generado reacciones adaptativas a su entorno. La imitación se acompaña de una herramienta que va a ser el «pegamento» de los nuevos conocimientos: la perseverancia, es decir, la repetición.

Palabras: Imitan sobre todo las palabras que le dirigimos a él: cariñito, chiquitín, mi amor. Y algunas que forman parte de los rituales cotidianos: «¡al agua patos!» o «ñam, ñam, a comer».
También imitarán e irán interiorizando todas las demás, pues la forma en que aprenden el lenguaje es escuchándonos hablar. Al principio lo harán con lengua de trapo pero, poco a poco, ampliarán su vocabulario. No hay que impacientarse.

Gestos: Aplaudir para mostrar nuestra alegría, hablar por el móvil, peinarnos, sacar y meter las llaves en el bolso, tocarnos la frente cuando estamos cansados y levantar los hombros cuando queremos decir, «no lo sé» o levantar los brazos para recibir a un amigo son algunas de las expresiones que los peques copiarán rápidamente.

Emociones: Aunque el bebé no puede identificar de forma activa los sentimientos, el estado emocional de las personas que tiene a su alrededor influye poderosamente en el suyo. En ocasiones, un bebé tenso, triste o irritado no es más que el reflejo de unos padres preocupados y malhumorados o de una cuidadora con problemas personales.
Es muy importante cuidar nuestras emociones cuando somos padres, pues si nosotros estamos bien, nuestros bebés se «empaparán» de nuestro estado anímico.