o primero que tenemos que tener en cuenta es que cada niño tiene su complexión: el objetivo no es que nuestros hijos coma de una manera saludable no que tengas mejor o peor figura. No podemos olvidarnos de sus gustos pero tenemos que elegir bien lo que les damos de comer y así podemos conseguirlo
- El niño obeso tiene menos esperanza de vida que el no obeso.
- Aun en caso de obesidad diagnosticada correctamente por un profesional, no hay que restringir la energía de los menores de dos años.
- En todo caso, los padres siempre tienen que dar ejemplo en su alimentación.
- En cada casa tiene que haber alimentos saludables. El niño escogerá qué come y cuánto come de lo que los adultos le ofrecen. Frutas frescas, hortalizas, cereales integrales y legumbres des beban estar al alcance de su mano.
- La lactancia materna previene la obesidad.
- El peso de los lácteos en la dieta infantil empieza a ser desequilibrado, algo no recomendable. Conviene que sean desnatados a partir de los tres años -o a los dos en niño con obesidad diagnosticada, y desterrar el biberón a partir del año.
- Que el consumo de zumos sea, en su caso esporádico y que sean siempre, o a poder ser, caseros
- Nunca acudir a una dieta milagro ya que podemos conseguir objetivos contraproducentes