Esta técnica de movimientos suaves y precisos, permite cuidar de nuestra postura y recuperarnos de los cambios corporales propios del embarazo.
Cuando estamos embarazadas ponemos toda nuestra atención en cómo se encuentra nuestro bebé en cada momento y el especial en el día del parto, pero con frecuencia olvidamos que justo después comienza un delicado período de adaptación de los dos a la nuevas situación «Es muy difícil que una embarazada vea más allá del parto. Es como una gran montaña en el horizonte que lo tapa todo». Por esta razón muchas mujeres nos informamos y nos preparamos para el momento del parto, pero no lo hacemos para el posparto.
Como madres nuestra primera reacción es cuidar de nuestros hijos. Durante los primeros días, nos preocupa si el bebé s e engancha bien al pecho, si duerme bien. Después de parir, y sin transición, comenzaremos a amamantar y a ejercer las múltiples actividades que conlleva el cuidado del recién nacido, olvidándonos a veces de que debemos estar atentos a nuestro cuerpo para mantener una correcta postura corporal. Esto ocurre especialmente cuando damos el pecho. ¿Cuántas veces nos quedamos mirando fijamente al bebé mientras amamantamos? Estamos embelesadas observando a nuestro hijo y en ese momento no somos conscientes de la incomodidad, de que nuestro cuello se traslada hacia delante y, totalmente girado, se tensiona y la columna permanece desviada.
COMPLETO Y EFICAZ
El método Pilates es uno de los entrenamientos físicos más completo s que podemos encontrar en la actualidad para ayudar a la madre a encontrar bienestar en su cuerpo.
No nos olvidemos de que para poder brindar seguridad debemos sentirnos seguros primero. La seguridad surge de nuestras venas, de la comodidad que sintamos con nuestros cuerpos. Si la madre está incómoda con su propio cuerpo no podrá disfrutar igual de su maternal.
Para que el entrenamiento de ejercicios posparto sea eficaz hay que ser consciente de las particularidades y necesidades de esta etapa. La gestación y el alumbramiento son una experiencia corporal global que merece un enfoque específico en la recuperación. Una nueva madre necesita un régimen de ejercicios extremadamente flexibles dirigido a la persona en su conjunto, que sea tolerante con sus limitaciones y exigencias físicas cambiantes, que tome en consideración sus restricciones temporales, que se ajuste a la fatiga de la maternidad, que incorpore algunas técnicas de relajación y que fomente una mejora general del bienestar psicológico y físico.
CIERTA INESTABILIDAD
Cuando se reanuda el ejercicio físico después del parto es muy importante no someter a las articulaciones a una presión excesiva, como tampoco a los ligamentos, que permanecerán inestables durante varios meses después de haber dado a luz. La responsable es la hormona reaxina, segregada durante el embarazo, y que seguirá afectando a nuestro cuerpo por lo menos durante tres meses. Por esta razón los músculos, las articulaciones y los ligamentos pueden continuar ablandados durante todo este tiempo.
Uno de los objetivos de Pilates es fortalecer y tensar el área muscular que está alrededor de las articulaciones y los ligamentos. Si movemos el cuerpo con suavidad y precisión, en su alineación natural se evitará el cierre de las articulaciones en posiciones incorrectas y, al mismo tiempo, se estimularán los músculos para mejorar su función de soporte.
Otra cosa que también desean las madres tras el pasto es recuperar su figura. A través de la práctica de la respiración, el fortalecimiento, el estiramiento de los músculos próximos a la columna y la práctica constante, nuestro cuerpo recuperará su estado previo al embarazo.
Para más información también puede consultar en www.pilates.guiafitness.com