Provocar el parto significa ponerlo en marcha de forma artificial, por razones médicas o de conveniencia personal (obligaciones profesionales, ausencia del padre, trayecto largo hasta la maternidad).
Antes de optar por este método, hay que analizar las posibilidades de éxito, ya que un fracaso desembocaba en una cesárea. El reconocimiento médico es primordial. El tacto vaginal permite verificar la dilatación del cuello del útero, su longitud, su tono y su posición en la vagina.
Las indicaciones médicas
A veces resulta indispensable provocar el parto, en concreto cuando el embarazo ha sobrepasado las 41 semanas o cuando la madre tiene hipertensión arterial, diabetes o enfermedades crónicas.
También puede ser necesario en el caso de inmumzación Rh, o de que el bebé tenga ya un peso alto y pueda seguir creciendo; o cuando la bolsa de aguas se rompe prematuramente en este caso para prevenir los riesgos de infección
La mayor parte de los equipos médicos consideran que está contraindicado provocar un parto cuando el niño se presenta de nalgas; o cuando la madre ha sufrido una intervención quirúrgica en el Útero, como por ejemplo una cesárea.