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El parto: consejos para un buen parto

A muchas nos aterroriza dar a luz y, en parte, no es de extrañar. Para empezar, todas conocemos a gente deseosa de explicarnos hasta el último detalle sobre sus interminables y angustiosos partos. Luego están las series de televisión, que nos muestran a parturientas histéricas pidiendo a gritos la epidural.  Es lógico que, a veces, pienses que dar a luz es como hacer paracaidismo pero», sin paracaídas.

Y, sin embargo, es la experiencia más natural del mundo. Por supuesto, expulsar más de 3 kilos de bebé de tu cuerpo puede parecer una tarea algo forzada pero, créenos, tu cuerpo está hecho para dar a luz, sólo tienes que confiar en su sabiduría.

Es normal que a las madres primerizas les asuste el parto ya que es una experiencia totalmente desconocida para ellas, sobre todo les preocupa que sea algo doloroso y que el bebé no sufra. Sí que duele pero, en realidad, el riesgo está bastante controlado. De hecho, según el NICE (Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica de Reino unido), en las sociedades desarrolladas, la mortalidad infantil en el parto o en los días siguientes no supera el uno por mil,  dato que viene a confirmar que dar a luz nunca ha sido más seguro que en la actualidad. Claro que una mera cifra no evita que el parto siga generando temor.

Cuanto más sepas sobre lo que debes hacer y lo que puedes esperar, más segura te sentirás y más probable será que tu parto vaya bien.

Sigue nuestros consejos y aprenderás a liberarte de todos tus miedos.

1. Sé la primera de la clase

– Las clases de preparación al parto son un punto de partida ideal. Además de intercambiar experiencias con las compañeras, aprenderás en qué consiste el parto y de qué manera puedes contribuir a que sea una experiencia lo más positiva posible.

Entender que el útero es un gran músculo que necesita contraerse y relajarse para abrirse puede ayudarte a superar el miedo que sientes ante el partos.

Tu cuerpo está haciendo su trabajo y la ansiedad no hace más que interferir. Si sientes pánico, la adrenalina que generas puede reducir las contracciones. Relájate y conseguirás que tu cuerpo se sienta seguro y segregue la hormona oxitocina, necesaria para que las progresen.

Suena muy bien en teoría, pero ¿cómo conseguir relajarse en la vida real? Encontrando un método que te funcione. Las clases de preparación al parto y las nociones sobre el palito activo te ayudan a sopesar diferentes opciones desde aprender a utilizar un fitball o balón de parto hasta conocer los tipos de masaje que alivian el dolor, pasando por técnicas de yoga que fortalecerán tus músculos e incrementarán tu resistencia durante el parto.

El yoga te enseña a respirar de manera más efectiva para controlar el dolor y el miedo a través de la relajación.

2. Escoge el lugar apropiado

Dado que la relajación es esencial para facilitar el parto, piensa bien en que entorno crees que te sentirás más tranquila a la hora de dar a luz.

Lo importante es que te sientas segura y relajada. Algunas mujeres  prefieren su casa, otras el hospital. Escojas lo que escojas, familiarízate con el entorno, las habitaciones o el equipamiento médico antes del gran día para evitar sorpresas desagradables.

Un recorrido por el hospital puede ayudarte a desvelar todos los pequeños misterios que suelen asociare al momento del parto, visita si puedes las salas de parto, las consultas de obstetricia y las de atención postnatal y aprovecha la ocasión para involucrar a tu pareja, él puede informarse sobre el aparcamiento (para evitar nervios de última hora al llegar al hospital) y conocer de cerca el lugar en el que tendrá que darte todo su apoyo.

3. Escoge la compañía más adecuada

Las investigaciones realizadas al respecto demuestran que en el parto, el apoyo de un buen compañero ayuda mucho a controlar el miedo de la parturienta, reduciendo la necesidad de intervención médica o de paliación del dolor. Muchas mamás tienen suficiente con el apoyo de sus parejas mientras que otras prefieren un poco de ayuda adicional y deciden contratar a una doula «No somos profesionales de la  medicina, por lo que no tomamos decisiones clínicas, pero ofrecemos soporte físico y emocional a la mamá y a su pareja para que la experiencia del parto sea positivas», comenta una doula.

Adela Stockton. Las cifras hablan por sí solas, confirmando una reducción del 50% en el número de cesáreas, de un 60% en el uso de epidural o de un 25% de la duración del parto en aquellas madres que cuentan con el respaldo de una doula.

Por supuesto, tu comadrona también está ahí a tu disposición para ayudarte. A veces, se tienen que ocupar de varias parturientas a la vez, dependiendo de lo concurridos que estén los paritarios pero, en cualquier caso, hará todo lo que esté en su mano por ayudarte.

4. Planificación con antelación

Prepara un plan de parto, te permitirá a ti ya tu pareja decidir con  antelación cómo queréis que se desarrolle el proceso y aportará a las comadronas un punto de referencia para cumplir con vuestros deseos en la medida de lo posible «sé concisa, no escribas una lista interminable de instrucciones porque un plan de parto no garantiza que tus planes se  hagan realidad. Puede que los médicos tengan que hacer algo que no esté en tus planes, siempre en beneficio de tu bebé, así que sé flexible. Las mujeres con un plan de parto  realista son las que experimentan menos problemas físicos o psicológicos en el momento clave.»

5. Sin dolor no hay victoria

Para muchas mujeres, el dolor es el principal temor que les inspira el parto. Pero vale la pena recordar que el dolor, en realidad es un signo de que el proceso avanza: «el dolor es importante», te avisa que estás a punto de dar a luz. Evitar el dolor, por ejemplo, utilizando la epidural amortigua el sufrimiento pero también adormece los nervios musculares haciendo que los pujos sean menos efectivos.

«Durante el parto, el apoyo de un buen compañero ayuda a controlar el miedo y reduce la necesidad de intervención médica o de paliación del dolor».

«Las mujeres con un plan de parto más realista son las que experimentan menos problemas físicos o psicológicos en el momento clave».