SEMANAS 29 ª – 32 ª
Ya hemos decidido las primeras compras para la habitación de Mateo, y, aunque mis cuñadas nos van a dejar muchas cosas, nos hace ilusión darle un toque personal y encargar muebles a nuestro gusto. Mi madre se ha encargado de la compra de la ropa de cal y mi tía ha hecho a mano la de bañó que ha quedado preciosa. Pero aún quiero guardar estas prendas en caí supongo que por un poco de superstición, prefiero esperar a que se aceró la fecha del nacimiento.
Nos han invitado a tres bodas en ese periodo, una de ellas me la perdí por un tremendo constipado que me ha durado muchos días. En las otras dos he disfrutado un montón, pero al día siguiente me sentía completamente molida. Los excesos, cuando estás embarazada, se pagan con creces…
Las últimas visitas médicas han dado resultados normales, sigo con mi dieta con la natación y con el peso a raya. He cogido 700 gramos en los últimos dos meses, no está mal. Aunque físicamente no estoy muy cambiada mi tripa es monumental. En el curso de preparación al parto hemos asistido a un módulo de Puericultura; ha sido agotador, pero muy útil, puesto que tanto Miguel como yo estamos peces acerca del mundo de los bebés: cómo cambiarlos, bañarlos, dar el pecho.
Continúo con las clases prácticas e que enseñan a respirar según cada mentó del proceso, espero acordarme después. Por las noches, en la cama me dan unas contracciones tremendas, no me duelen especialmente, pero se me pone la tripa muy dura y entonces me da por pensar si con dolor las podré soportar. Aunque si la humanidad ha llegado hasta aquí, ¿por qué voy ser yo menos?.
SEMANAS 33 ª – 36ª
Las ecografías de estas semanas nos revelan a Mateo colocado boca abajo y sus dimensiones están en margen normales, pero un poco desproporcionadas. Tiene la cabeza bastante grande (ya ha alcanzado los 9 cm de diámetro y el abdomen delgadito, así que no imagino a mi hijo como un chupachup. Su carita se ve como siempre, dicen mi madre y Miguel que se parece a mí por la nariz. ¡Cómo vamos a sacar partido de una ecografía!
Ahora pesará unos 2,300 kg. nos dicen. Estoy aprovechando para hacer cosas paré las que después no tendré tanto tiempo, como ir a cursos de cocina, que me encanta, o quedar a cenar con mis amigas. En el trabajo estoy tratando de dejar cerrados los asuntos que tengo pendientes, dado que en breve el cansancio me pedirá coger la baja. Duermo ya poco y mal, y me parece que para traer al mundo a mi primer hijo merece la pena un poco de descanso y de priorizar tareas.
SEMANAS 37 ª -40 ª
El desfase entre las medidas del abdomen de Mateo y su edad gestacional es de dos semanas, por lo que el médico me ha dado la baja para llevar ya una vida más tranquila y permitir que el niño gane un poco más de peso antes de nacer. Me han hecho una eco doppler para comprobar que le llega bien el alimento a través del cordón, y como eso ha dado valores normales, nos hemos quedado tranquilos.
Por si acaso, me adelantan las pruebas que restan para la Abana 37ª. Ahora voy al médico o a monitores una vez por semana, para tener un control total del final del embarazo. La verdad es que estoy muy contenta con el seguimiento que me están haciendo; pensaba que la seguridad Social era más dejada, pero he comprobado que al menos en estas situaciones, donde puede haber un pequeño riesgo, la atención es excelente. A partir de ahora, me dedicaré a descansar, a estar en casa tranquila, a pasear y a disfrutar de los preparativos antes del nacimiento de nuestro niño. Que sea cuando toque pero ¡lo estoy deseando!.