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El embarazo de Paula, primer trimestre

SEMANAS lª-4ª

Supe que algo estaba sucediendo en mi cuerpo porque me volví super sensible a los olores. En unos días nos mudaríamos de casa, y andábamos como locos haciendo cajas para trasladarnos.

El olor de la cinta de embalar se me volvía insoportable. Además tenía un retraso de diez días, así que no necesitábamos muchas más pistas: tras unos minutos eternos, el test dio positivo’.

SEMANAS 5ª-8ª

«La primera visita al ginecólogo fue decepcionante, pues en la ecografía no se veía nada, sólo el saco embrionario, y salimos de la consulta preocupados, pues, según mis cálculos, ya estaba de seis semanas, tiempo suficiente para apreciarse el embrión. Al llegar a casa, consultamos casos parecidos en internet, y las posibilidades eran dos: o estaba embarazada de menos tiempo del que pensaba o el saco estaba vacío. Pasé una noche horrible, no pegué ojo, y lo peor era que al día siguiente, a las siete de la mañana, nos esperaba la mudanza.

No pasaron ni 24 horas desde el disgusto del día anterior para resolver el misterio. En mitad de la mudanza, apareció una mancha de sangre que nos obligó a salir corriendo al hospital, dejarlo toé empantanado, y a mi pobre suegra a cargo del traslado. Yo lo daba todo por perdido, sinceramente, pero, al llegar a urgencias, la historia se dio la vuelta. Me atendieron de forma excelente, no enseñaron una imagen increíble de nuestro pequeño, flotando en el saqué que ayer vimos vacio, con su corazón latiendo fuerte. Estaba bien implantad pero el estrés me dio una advertencia en forma de sangrado. Me mandaron reposo y así estuve cuatro días, pero fa de saber que todo iba bien. Las náuseas y los vómitos han sido los protagonistas de estas semanas, acompañados de un hambre atroz y c noches en vela. Me despertaba tres o cuatro veces para ir al baño, para corí y así evitar las náuseas, o, directamente para vomitar. Cualquier tarea se me hacia insoportable, por rutinaria que pareciera, y me sentía fatal por no  atender  la casa nueva. Sinceramente no tenía ni  ganas ni fuerzas. Las pocas que me quedaban tenía que juntarlas  para ir a trabajar.

Yo trabajo a turnos y los de noche se me hacían muy cuesta arriba.  Tuve que confesar el embarazo para solicitarla ayuda de mis compañeros,     que se portaron genial y me sustituyeron cuando yo no podía con la situación. La Siguiente ecografía nos mostró al chiquitín con su cabeza formada y un esto de brazos piernas. Fue emocionante escuchar su rápido latido. Mi mejor amiga está embarazada también, y en la urbanización y en el trabajo estoy rodeada de barrigas. ¿Será otro baby-boom?.

SEMANAS 9ª-12ª

Sólo al final de este periodo he notado mejoría en cuanto a las molestias del embarazo. Aún vomito, pero sólo por las mañanas y algunas noches; el resto del día lo paso bien si tengo cuidado de hacer cinco comidas a horas determinadas.  Ya no tengo tantas náuseas y  no me incomodan tanto. Por las noches caigo redonda a las 11, lo cual es un serio problema el día que tengo Turno de noche; me cuesta horrores dar la talla, así que he solicitado a la empresa que me cambie de ocupación y de horario para evitar problemas.

Mis amigos nos hicieron una visita para ver la casa nueva y felicitar a los futuros papis y, a pesar de tener que preparar cena para 17 personas me hizo muy feliz esa visita y me dio muchas fuerzas para tirar adelante. Me hice la eco de las 12 semanas, mi madre me acompañó para que Miguel no faltara tanto al trabajo. Es increíble que con sólo 6 centímetros ya sea una personita. Su médula, su cerebro, sus piernecillas y brazos delgadines.. Es un milagro. Y está dentro de mí.