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Dale a tu hijo una paga con el fin de que aprenda a administrarse

La paga nunca debe ser elevada, porque lo que se pretende es que el niño aprenda a administrarse y la economía se basa en poder hacer un buen reparto con recursos escasos. Cuando es así, tener una asignación resulta ventajoso; por ejemplo, si llevamos a nuestro hijo al supermercado, podemos advertirle: «Llévate tu dinero por si quieres comprarte algo». Así no añadimos más gastos a nuestro bolsillo y el niño aprende que tiene pagarse algunos «caprichos» con sus recursos.

 

En el caso de que se gaste su paga en un muñequito y luego pida chucherías, es el momento de decirle: «No, el próximo día te lo piensas antes y compras las chucherías en vez del muñequito. Tendrás que esperar a tu siguiente paga». Esto le enseña a priorizar, a esperar y a no comprar sin pensar. Dejémosle que se equivoque: despilfarrar le permite aprender de sus errores.

 

Si quiere algo caro, debe saber que tendrá que ahorrar para ello. Por ejemplo, a nuestra hija le apetece tener el coche familiar de Barbie y no vemos ningún motivo para comprárselo. Podemos ayudarla a calcular cuántos meses debería ahorrar para conseguirlo: «Si guardas toda tu paga, podrías tenerlo en seis meses» O bien darle alguna ventaja: «¿Qué te parece si ahorras la mitad de tu paga durante seis meses y si lo consigues, yo aporto la otra mitad?» Así se esfuerza en conseguir algo y entiende que los caprichos no caen del cielo.

 

Con el manejo de su dinero de bolsillo los niños pueden aprender que no deben vivir por encima de sus posibilidades. No conviene adelantarles el dinero de la próxima semana y luego que nos dé pena y volver a dárselo. Tienen que ceñirse a lo que hay.

 

Deben ver lo hermoso de comprar un regalito para un amigo, en el Día del padre o el cumpleaños de la abuela. Hacerlo es un acto de generosidad que ha de ser elogiado como se merece. Los niños aprenden así el valor de compartir y de emplear su dinero para hacer felices a los demás. Y lo mismo rige con las invitaciones: pagar algo a los amigos es un acto social que favorece las relaciones y que resulta muy gratificante tanto para quien paga como para quien recibe.

 

Es importante también que les inculquemos caridad. Podemos pedirles que destinen una pequeña parte, bien habitualmente 0 sólo en Navidades o en momentos especiales, para ayudar a los necesitados. Actos como comprar un bolígrafo solidario o hacer un modesto donativo pueden alegrar a otras personas y a quien los realiza.