Los niños tienden a decir cosas como «A mi amigo le dan más» o «El mínimo debería ser…». Pero obviamente ellos no manejan el presupuesto familiar y la decisión es nuestra. Lo que sí debemos hacer es sentarnos con nuestro hijo y ver cuáles son sus gastos: ¿esperamos que se pague el bocadillo de media mañana? ¿Va a costearse el alquiler de videojuegos? ¿Se compra tebeos? ¿Es algo «chucheadicto»?
Una vez determinado si debe financiarse él algunos gastos, necesarios o no, podemos asignarle la paga. La cantidad puede variar mucho de unas familias a otras, dependiendo de la economía de cada uno y del número de hermanos. Pero, a título orientativo, a esta edad, puede estar entre los tres y los cinco euros semanales.
Ahora bien, esa paga no puede ser simplemente para su dispendio, sino que debe tener la función de enseñarle que el dinero no nace de los árboles. Un niño de esta edad ya debe haber aprendido algunas cosas básicas sobre economía, como identificar las monedas o la importancia de juntar pequeñas cantidades de dinero para comprar algo valioso, o sea, ahorrar.