Desarropo de diabetes. Según las últimas investigaciones llevadas a cabo en EEUU, se está dando una situación hasta hace unos años impensable y es que cada vez hay más niños que presentan diabetes tipo II, esto es, la diabetes característica del adulto, debido a la auténtica epidemia de obesidad infantil que se ha experimentado en los últimos tiempos.
Los menores con sobrepeso tienden a tener dificultades en el desarrollo psicológico y muestran síntomas de ansiedad o depresión. En este sentido, estos niños serían más proclives a presentar trastornos de conducta alimentaria en la adolescencia.
Más otitis. Los niños con sobrepeso presentan un riesgo mayor de desarrollar un tipo de otitis, la media serosa. La explicación podría encontrarse en la incidencia que tiene el exceso de peso sobre el sistema inmune infantil, razón por la cual también existe relación entre el sobrepeso y el riesgo de asma.
Pubertad precoz. Tener sobrepeso a los tres años o ganar muchos kilos antes de los seis se traduce en un desarrollo sexual precoze n las niñas. De hecho, por cada punto que aumenta el índice de masa corporal de una niña de tres años, las posibilidades de que alcance la pubertad a los nueve aumentan en un 44%. Este desarrollo precoz afecta a todo el organismo y puede ocasionar problemas de crecimiento, psicológicos o de salud futuros.
Menor esperanza de vida. Tanto el consumo excesivo como la dieta inadecuada de los niños españoles pueden traducirse en la proliferación de otras patologías asociadas a la nutrición como la anorexia, la bulimia o la ortorexia advierte de que, de continuar esta tendencia ascendente en los casos sobrepeso y obesidad, podría producirse, por primera vez en la sociedad de desarrollo, que las nuevas generaciones tengan unas expectativas de vida menores que sus padres.
Problemas arteriales. Los niños obesos presentan arterias similares a las de una persona tres décadas mayor. Esta circunstancia está directamente relacionada con riesgo más elevado de padecer arterioesclerosis y otras cardiopatías.