La retención de liquidas se suele manifestar como ligera hinchazón en pies y tobillos. También puede producir debilidad, calambres o un aumento de peso inexplicable. Esto no es preocupante salvo que el edema sea exagerado (se engorda más de un kilo a la semana) o se extienda a manos y a la cara. En este caso podría tratarse de una afección más grave: la preeciampsia, que hay que tratar inmediatamente. Una vez descartados problemas médicos, la retención de líquidos mejora con consejos sencillos.
Hacer ejercicio: pasear y nadar son los más indicados. Si se está: sentada mucho tiempo conviene levantarse, al menos, una vez cada hora. Si no se pierde, mover los dedos de los pies arriba y al ajo, y los tobillos en círculos,y no cruzar las piernas.
Descansar piernas y pies, recostándose y elevando los pies. No usar ropa o zapatos que se ajusten mucho. Dormir al menos ocho horas y descansar después de comer. Echarse del lado izquierdo evita la presión en las venas.
Beber un litro y medio dos litros diarios de agua, aun sin tener sed. Seguir una dieta sana, con pocos dulces y embutidos. No tomar sal.
Drenaje linfático y masajes: realizados por profesionales con experiencia son técnicas seguras durante el embarazo y que proporcionan gran alivio de las molestias.