En realidad, lo mejor es tener paciencia, pues todos los niños, antes o después, acaban durmiendo bien; sólo hay que darles su tiempo. Ten en cuenta que hasta los tres meses su cerebro no está preparado para distinguir el día y la noche. El hecho de que tenga despertares frecuentes es una garantía para él, pues así recibe alimentación y cuidados. No obstante, puedes seguir algunos trucos para ayudarlo a conciliar el sueño
1. Acuesta al bebé cuando aún esté despierto, pero empiece a mostrar signos de incomodidad. Si está demasiado cansado, le costará más dormirse.
2. Un baño relajante, seguido de un masaje y una toma en una habitación tranquila y oscura también puede ayudarle a coger el sueño.
3. Intenta hacer el mínimo ruido durante las tomas nocturnas. Lo mejor es una Densidad y no espabilarlo ni jugar con él en esos momentos y él necesita realmente sentirte cerca), y sobre todo se tranquilizará si le sujetas a la altura del pecho, donde pueda oír el latido de tu corazón.
4. Mantén la temperatura de su habitación a unos 19°C. Si está demasiado caldeada, aumentará el riesgo de muerte súbita del lactante, pero si tiene demasiado frío, se despertará constantemente. Por eso es conveniente que compres un termómetro.
5. Prueba a darle de comer justo antes de acostarte para aprovechar al máximo las horas de sueño que te deje hasta la próxima toma.