Los tres primeros días, me bajó la leche, fueron emocionalmente agotadores.
José estaba al pecho todo el día y lloraba si se lo quitaba. Me marido me sugirió darle el biberón y yo estaba determinada a perseverar. Cuando me bajó la leche se convirtió en un bebe diferente y ahora resulta un verdadero placer darle el pecho’