Si ha llegado el momento de que tu hijo coma puré de verduras, éstas son las más recomendables para empezar:
Patata: Son el principal ingrediente por varias razones: resultan muy fáciles de digerir y le dan un sabor dulzón, el que los bebés siempre prefieren. Al limpiarlas y retirar la piel, no olvides eliminar las partes verdes, que son tóxicas.
Calabacín: Es más suave y menos calórico que la patata. Utilizalo para dar una textura más cremosa a los purés. No olvides retirar las semillas, que son indigestas. En tiempos de calabaza, altérnalo con esta hortaliza. Así harás un puré más sabroso y a él le encantará su color anaranjado.
Zanahoria: Además de la nota de color, aporta provitamina A y potasio, y también un sabor dulce. Elígelas tiernas y ráspalas, en vez de pelarlas, ya que justo bajo la piel se esconden sus valiosas vitaminas.
Puerro: Su sabor es algo fuerte -aunque no tanto como el la cebolla, y por ello es preferible que para suavizarlo, utilices sólo la parte blanca, que también es la más tierna.
Acelga: Elige las de tallos tiernos y retira bien las fibras de las pencas. Para habituar a tu hijo a su peculiar sabor, no las tritures las primeras veces con el resto de las verduras. Puedes sustituirlas por hojas de lechuga, que son más suaves.
Judía verde: Incorpórala en último lugar y elige las de semilla pequeña.