Al futuro bebé sólo le quedan cuatro semanas para perfeccionar su organismo y prepararse para nacer. A partir de ahora, comienza a aumentar de peso a gran velocidad. A1 final de esta etapa mide unos 45 centímetros y puede pesar alrededor de 2500 gramos. Su piel es más rosada y lisa y el lanugo va desapareciendo. Incluso sus diminutas uñas ya han crecido. Además de engordar, se está haciendo más fuerte contra las infecciones.
Ahora recibe de ti una cantidad de anticuerpos muy superior a la que ha asimilado durante todo el período intrauterino. Estos anticuerpos le protegerán hasta que su propio sistema inmunitario esté maduro. Sus órganos genitales también han terminado de formarse. En los niños, los testículos ocupan su lugar y descienden al escroto. En las niñas, los labios menores se aprecian claramente. Traga mucha cantidad de líquido amniótico, pero no tiene ningún problema para asimilarlo, pues su estómago, intestino y riñones funcionan a la perfección.
Uno de estos días, tu hijo realizará su última pirueta: la que le permitirá darse la vuelta por completo y colocarse en «posición de salida» (generalmente, con la cabeza hacia abajo) para el momento del parto.
¡Qué fatiga!
Tu vientre es cada día más voluminoso y notas más que nunca las incomodidades del embarazo. Es posible que duermas mal y en algunos casos vuelven los mareos y las náuseas.
De nuevo, necesitas ir al servicio con frecuencia: el útero presiona la vejiga con insistencia, y ha subido tanto que empuja sobre el diafragma, provocando una desagradable sensación de falta de aire con las molestias de la recta final, a las que se une la impaciencia por tener tu bebé en brazos. Es muy frecuente que las embarazadas piensen durante este mes que su bebé nacerá antes de tiempo.
Afortunadamente, estos pensamientos no se cumplen en la mayoría de los casos y los bebés nacen a término, Aunque tu hijo ya podría sobrevivir fuera del útero, las semanas que quedan para el parto son muy importantes para que se complete la maduración de su sistema respiratorio.