En el desarrollo de un niño, uno de los aspectos más importantes es el habla. Lo habitual es que el niño pronuncie las primeras palabras entre los 12 y 18 meses de vida. Cuando la aparición de las primeras muestras de lenguaje se retrasa sobrepasando este período, podemos decir que se está produciendo un retraso en el lenguaje.
Lo primero que debemos hacer como padres en cuanto observamos un retraso de este tipo es acudir al pediatra de nuestro hijo para que establezca un diagnóstico. En muchos casos esta demora puede deberse a factores hereditarios y, más comúnmente, factores ambientales como un exceso de protección parental o una falta de estimulación apropiada del lenguaje cuando los padres presentan un vocabulario muy pobre o una interacción oral muy baja con sus hijos.
Por eso es importante que desde el principio estimules a tu bebé para que vaya desarrollando las estructuras lingüísticas de su cerebro. Potenciarlas desde pequeñito va a ser la mejor herramienta a nuestro alcance para conseguir que muestre un lenguaje rico, fluido y comprensible en el período adecuado.
- No te anticipes siempre a aquello que quiere o necesita. Permite expresar qué necesita en cada momento, y que busque las palabras adecuadas y las construcciones gramaticales idóneas para hacerse entender lo mejor posible.
- Establece un diálogo con él siempre que puedas, que sea recíproco y sin cuestionar o rechazar su forma de expresarse. Sencillamente, si algo no lo ha expresado bien, repite lo que ha querido decir, pero de la forma correcta. Poco a poco irá asimilando las correcciones que hagas.
- Dale juguetes que estimulen el habla infantil. Tienes a tu alcance juegos para mejorar el lenguaje infantil. Los hay de todo tipo: juegos de construcción con los que vocalizar conceptos como arriba, abajo, derecha, izquierda; muñecos con forma de animales con los que puede empezar a practicar las onomatopeyas propias de cada uno, como “guau”, “miau”, “muuuu” o “kikirikiiiii”; muñecos desmontables con los que aprenderá a nombrar las partes del cuerpo mientras las coloca en su lugar correspondiente; etc. Los juguetes son, en definitiva, un gran aliado para desarrollar el habla de tu pequeño.
- Léele cuentos. Y no solo antes de dormir, también en otros ratos que compartáis los dos. La escucha activa es un gran aliado para la estimulación temprana del lenguaje, y si le cuentas una historia que le guste prestará atención no solo a qué le cuentas, sino a cómo lo cuentas. Durante la lectura, pregúntale cada poco tiempo sobre algún punto de la historia para que te responda, aunque sea con una sola palabra.
Por supuesto, es importante tener claro que no todos los niños desarrollan el lenguaje a la misma edad, pero con estas pautas que hemos visto, y a menos que exista algún impedimento de otro tipo, tu pequeño empezará a hablar dentro de los márgenes de tiempo normales.