Un sujetador de lactancia. Necesitarás al menos dos, de fácil con apertura. Pruébatelos antes de comprarlos. Los buenos tienen que sujetar bien los pechos y evitar que se irriten. Unos discos absorbentes.
Sirven para evitar que se moje la ropa con restos de leche, pero cámbialos a menudo. Puedes elegir entre los desechables y los lavables. Un extractor de leche.
Puede serte muy útil para seguir con la lactancia cuando te incorpores al trabajo; pues en tu ausencia podrán dar a tu hijo la leche que te saques. En el mercado hay de varios modelos: a pilas, eléctricos y manuales; busca el que mejor te vaya.