Son un recurso cómodo cuando estamos fuera de casa, con la garantía de que todos los niños les encantan y se los tomarán sin rechistar.
Su composición, rica en azúcares y grasas poco saludables, los convierte en alimentos que hay que reservar para ocasiones especiales (no más de una vez a la semana). Siempre es mejor un bizcocho casero 0 un trozo de pan con chocolate, que un donut o una palmera.